La psicoterapia EMDR entra dentro de las conocidas como "terapias de tercera generación". Su filosofía se basa en entender que eventos traumáticos del pasado pueden formar parte del origen de patologías actuales. La mente, para protegerse, impide un correcto acceso a los recuerdos traumáticos para poder "curarlos", hace un "cierre en falso" que le permite subsistir, pero genera patología.
Con conceptos heredados de otras terapias como el psicoanálisis, utiliza la estimulación bilateral para permitir al paciente acceder a los recuerdos traumáticos desde un ambiente de seguridad, y reprocesarlos de un modo adaptativo.
Se ha demostrado especialmente útil en el Trastorno por Estrés Post Traumático, y se defiende por parte de la OMS para ese uso. Sin embargo, se muestra muy útil para otras patologías, ya sea como tratamiento combinado como principal.
Desde nuestro punto de vista es una herramienta muy útil que, combinado en muchos casos con otras estrategias y un uso adecuado de la farmacología, ayuda francamente al paciente.